La odontología mínimamente invasiva podría definirse como la aplicación sistemática, en cualquier actuación odontológica, del máximo respeto hacia el tejido original, intentando la máxima conservación del tejido dentario. Toda intervención agresiva sobre el diente implica destrucción de tejido y su debilitamiento a medio/largo plazo.
Este concepto de tratamiento abarca desde la prevención primaria hasta los procedimientos quirúrgicos más avanzados.
